miércoles, 15 de abril de 2009

¡Feliz cumpleaños Decano!


Hoy 15 de abril se cumplen 94 años que un grupo de jóvenes daban la iniciativa de fundar un club en la ciudad de Tres Arroyos, y de esta manera, nacía el Club Nacional, abriendo un camino de gloria y pasión que se va heredando de generación en generación.

Entre los socios fundadores se encontraban entre otros, Carlos Gourdin, Justo Moreno, Celestino Bazán, Raúl Ocampos, Guillermo Burke y Luis Merino, constituyéndose este último en el primer presidente de la naciente institución.

El origen del Decano fue la continuación del Barracas Football Club, fundado en 1908. Uno de los objetivos de los creadores fue constituir un punto de encuentro en el barrio y desarrollar diferentes actividades deportivas y sociales.

Si bien el fútbol fue el eje deportivo de la institución a lo largo de toda la historia, el club incursionó en otros deportes, destacándose la práctica del casín, bowling y más acá en el tiempo, hubo práctica de Hockey sobre patines, paddle, gimnasia deportiva y Taekwon-Do.


El fútbol y el Decano: una incondicional historia de amor

Al ser el primer club de fútbol de Tres Arroyos y no contar con una asociación local que nucleara la actividad, Nacional tuvo que participar de los torneos organizados por la Liga bahiense, y en 1919 se consagró campeón de ese torneo, siendo el primer galardón que obtuvo el club.

Por 1928 se creaba en Tres Arroyos la Liga de fútbol y lo tuvo al Aurinegro como uno de los clubes fundadores. Ese mismo año Nacional se ubicó en la segunda colocación detrás de Huracán y fue allí cuando comenzó a tomar vida el clásico más añejo del fútbol tresarroyense.

El subcampeonato no hizo bajar los brazos de los jugadores aurinegros ni mucho menos. Fue así que desde el 1929 hasta 1933, el Decano monopolizó los torneos liguistas, y logró la “quíntuple corona”con nombres como los de Moreno, Bazán, Gourdín, entre otros, muchos que habían sido los mismos que fundaron el club.

Un año más tarde sucedió un hecho que parece anecdótico pero a la vez fundamental en la historia del club. El por entonces gobierno conservador argentino de Agustín P. Justo, lanzó un decreto, el cual establecía que toda institución que llevara la denominación de “Nacional” pasaría a manos del Estado.

Una reunión extraordinaria de comisión directiva trató inmediatamente el asunto y después de barajar diferentes nombres, se decidió agregarle “El” y que la denominación no tenga un sustancial cambio. Fue en ese año cuando el club comenzó a llamarse “El Nacional”

Después de un lustro de felicidad deportiva, hubo que esperar 18 años para que la gente aurinegra vuelva a llenarse la boca con la palabra Campeón. Ese año, la alegría fue doble para la institución. Porque al gran estadio de Olivero Duggan y Belgrano, se le agregaría iluminación artificial, todo un acontecimiento para el fútbol regional.

Si bien el título se iba negando con el correr de los años, el Decano siempre fue un importante animador de los torneos de la Liga. Fue en el 63 cuando de la mano de García Blanco, Abad, los Tedeschi, los D´alessandro, Escur, entre otros, la gloria volvió a alcanzar a El Nacional.

Los años fueron pasando y el Aurinegro siguió siendo protagonista en el fútbol local, aunque en 1976, el descenso se cruzó en la historia del Decano. Sin embargo en sólo dos años jugando en Segunda, El Nacional volvió al lugar que le corresponde, la Primera.

Cuando parecía que el descenso había sido solo un mal recuerdo, en 1983, el club perdió nuevamente la categoría. Otra vez dos años fueron los necesarios para volver al círculo superior. 1985 fue el año del ascenso y uno más tarde, El Nacional mostró su “chapa” de primera y con su gente rebalsando todos los estadios, se adjudicó el título de la máxima categoría local, siendo el único equipo en la historia de la liga en lograr volver a Primera e inmediatamente en el año siguiente ser Campeón oficial.

Con la continuidad de la base de jugadores como Salomón, Fernández, Capristo, Gutiérrez, Coronel y guiados por Bruno Zinni, uno de los técnicos más exitosos de la historia del club, dos años más tarde, El Decano volvió a gritar campeón. Beitía y los hermanos Dominguez fueron los únicos "foráneos" de ese equipo que se destacaba por la magia de la zurda del "Turco" Salomón, la categoría de Coronel, el temperamento de Gutiérrez y Capristo, el corazón de "Porotito"Fernández y el atrevimiento de unos juveniles "Toli" Andreasen y Pablito Granero.

Ese año se completó con la participación de la institución en los viejos campeonatos regionales, con una buena actuación.

La década de los 90 vio muy buenos equipos de El Nacional pero los resultados no fueron suficientes para volver a dar una vuelta olímpica en forma oficial (en 1994 se ganó el Preparación).

La llegada del nuevo siglo volvió a cruzar el descenso en el camino del Decano. En 2000, El Nacional perdió la categoría por tercera vez en la historia. Sin embargo, fueron 6 meses los que vieron al Aurinegro en el fútbol de Ascenso. Porque con un gran plantel, donde sobresalían Granero, Alarcón, Costén, Moreno, Vallejos, Baiza, entre otros, y con la conducción técnica de Luis Serra, El Nacional ascendió.

Y nuevamente, como pasó en el 86, al regresar a la máxima categoría en el 2002, el Decano mostró su “chapa”, tiro la historia encima y se llevó el título número 10 en la máxima categoría, después de una recordada final a cancha llena frente a Independencia, con los recordados 3 goles del "Toro" Vega.

La actualidad indica que El Nacional juegue en Segunda desde el descenso en 2005, pero en base a una muy buena cantera busca retornar al club al lugar que le corresponde.

Estás líneas fueron solo unas someras líneas de la rica historia de nuestro querido club, que más que un club es una gran familia que está por llegar a los 100 años de vida, con una huella marcada a fuego en toda la afición deportiva de la ciudad y la región.

Párrafo aparte merece un actor fundamental en estos 94 años. La gente aurinegra. Esa misma que con el correr del tiempo se fue enamorando de los colores amarillo y negro, que supo quererlo y heredarlo a las generaciones futuras. Porque esa gente está más allá de los logros y los éxitos. La misma que quiere al club en las buenas y lo ama en las difíciles.

Y es así. Porque la gente del Decano es distintas a las demás, porque más allá de ser una de las más numerosas de la ciudad, es fiel, pasional, nostálgica y cada vez que una casaca amarilla y negra esté dentro de una cancha de fútbol, seguramente, del otro lado del alambre, estarán entremezclados aquellos que ya peinan canas y rememoran los grandes equipos aurinegros y esos chiquilnes que recién dan los primeros pasos.

Y es así, porque también están esos jóvenes o no tanto que esperan el domingo, sábado o el día que sea para ir a la cancha a “alentar al Deca”. Pero más allá de la heterogeneidad de generaciones hay algo que los une a fuego en lo más profundo de sus almas y es sentir el orgullo de ser del Decano

Grandes, no tan grandes, jóvenes, niños, hombres y mujeres, han de unirse y levantar una copa para brindar por estos 94 años de vida y felicidad del más grande de Tres Arroyos: el Club Atlético El Nacional. Salud, Decano Viejo y querido!

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